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21 d’octubre del 2008

HORAS EXTRAS: SIMPLEMENTE DI NO

En nuestra opinión, a día de hoy, la postura de la empresa en la compensación de las horas extras se puede expresar en los siguientes términos:

· La empresa no tiene intención de compensar el sobreesfuerzo tal y como estipula nuestro convenio colectivo. Dice que no obliga a nadie, así que, quien no esté conforme, que cumpla su horario.

· La empresa ni siquiera acepta utilizar el término hora extra. En su lugar, a lo sumo, habla de prolongación de la jornada laboral o sobreesfuerzo (no vamos a discutir sobre un aspecto que, fuera del ámbito jurídico, se reduce a una cuestión semántica).

· La empresa en alguna ocasión ha manifestado que el día en que se tengan que compensar los sobreesfuerzos según convenio, ITC poco más o menos que perderá toda ventaja respecto a la competencia (poca confianza en la calidad de la plantilla denota ese tipo de opiniones).

· La empresa opina que la prolongación de la jornada laboral no es por un número significativo de horas ni tampoco afecta a muchas personas (si tan escaso es, no vemos qué tan traumático sería compensarlo cómo es debido).

Hoy por hoy, la estrategia de la empresa ante la necesidad de sobreesfuerzos es la de siempre:

· Cuando la necesidad afecta a un número reducido de compañeros, se presiona a éstos con la necesidad de cumplir con los calendarios, sin pedir sobreesfuerzos explícitamente, confiando en que vosotros, si es necesario, terminaréis prolongando la jornada laboral sin más. Esa actitud por vuestra parte es considerada por la empresa como una actitud profesional. Desconocemos si la actitud de no pagarlo la considera igualmente profesional.

· Cuando la necesidad afecta a un número significativo de compañeros, y dado que la presión ya tiene cierto riesgo de ser respondida con una negativa, se opta por la compensación económica. En estos casos, no obstante, se procura que no se perciba una clara relación causa efecto para evitar la creación de hábitos. Por eso la abona al cabo de meses, junto con la nómina, sin mencionar claramente el concepto ni especificando la proporcionalidad con el número de horas. Este verano, sin ir más lejos, sintiéndose apurada optó por 900 euros, una cantidad sin precedentes, pero en otra ocasión, a saber.

El mecanismo que vela por el buen funcionamiento de esta estrategia es el del miedo a malas evaluaciones; ya sabéis, el sueldo Nescafé, un sueldo para toda la vida. Qué duda cabe de que una subida cero, que no contemple el IPC, equivale a una rebaja en el salario. Ese es el lado oscuro de la meritocracia, el lado del que se evita hablar. Es mucho mejor hablar de subidas, promociones y carreras.

Ante esta situación de inmovilismo sería de desear que todos nosotros cumpliéramos nuestro horario escrupulosamente mientras no se nos ofrecieran las contraprestaciones que nos corresponden por derecho.

Por parte del comité de empresa, vamos a ver cómo os podríamos facilitar este proceder. En este sentido, os agradeceríamos cualquier idea que nos pudierais hacer llegar a través de nuestra dirección de correo electrónico.